El pleno del Parlamento Europeo volvió ayer, 15 de diciembre, sobre el Libro Blanco del Transporte para aprobar una resolución que pide a los Estados miembros de la Unión que "derriben las fronteras invisibles que permanecen para concretar un área única, comodal y eficiente de transporte", en palabras del eurodiputado Mathieu Grosch, hacia 2020, con el fin de que el sistema actual pueda hacer frente al crecimiento previsto del 40 por ciento del transporte de mercancías en toda la UE hacia 2030.
En este sentido, el Parlamento quiere que se fijen objetivos concretos, como ya hizo en Comisión el pasado noviembre, y pide que se reduzcan las emisiones contaminantes del transporte por carretera en un 20 por ciento para 2020, que para el transporte marítimo la reducción sea de un 30 por ciento, al igual que en el caso del transporte aéreo, y que el consumo energético y la contaminación acústica que produce el transporte ferroviario también descienda un 20 por ciento.
La Eurocámara aboga por la estandarización de un método de cálculo de la huella de carbono de las actividades logísticas y de transporte, así como por la internalización en todos los modos de transporte de sus costes externos asociados, como el ruido, la polución o la congestión a través del principio de que el que contamina paga.
Por lo que respecta a las conexiones intermodales, el Parlamento solicita a la Comisión que para 2013 tenga elaborado un estudio de las redes europeas de transporte con el fin de aumentar en un 20 por ciento las plataformas intermodales ferroviarias y de vías navegables interiores en la UE hasta 2020.
En lo tocante al transporte por carretera, la Eurocámara hace un llamamiento para armonizar las condiciones sociales en este sector, particularmente la regulación de los tiempos de conducción y descanso de los conductores profesionales con el fin de evitar la competencia desleal entre empresas del secto de diversos países.
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