viernes, 14 de octubre de 2011

Competencia pide más libertad comercial para limitar el poder de los grandes distribuidores alimentarios

La Comisión Nacional de la Competencia hizo público ayer, 13 de octubre, su Informe sobre las relaciones entre fabricantes y distribuidores en el sector alimentario, en el que aboga por minimizar el posible impacto negativo sobre la competencia de determinadas prácticas comerciales realizadas por los grandes distribuidores.

Dicho informe considera que la distribución alimentaria en España ha evolucionado hacia una situación de aumento del poder de negociación de los distribuidores frente a sus proveedores, debido principalmente a la concentración que se ha producido en el sector, con un creciente protagonismo de los supermercados medianos y grandes, y al fuerte desarrollo de la marca del distribuidor.

El estudio de la Comisión Nacional de la Competencia considera que, a largo plazo, el mayor poder de negociación de los distribuidores podría tener un efecto negativo en términos de competencia, a causa de ciertas prácticas comerciales existentes entre fabricantes y distribuidores así como la persistencia de una serie de restricciones legales al establecimiento y al ejercicio de la actividad comercial en el marco normativo que regula la distribución minorista.

Para evitarlo, Competencia recomienda eliminar las restricciones al establecimiento de comercios minoristas y a hacer una transposición correcta de la Directiva de Servicios, así como limitar los efectos nocivos de algunas prácticas comerciales que pueden afectar negativamente a la competencia y al funcionamiento eficiente del mercado.

Finalmente, Competencia también advierte contra la proliferación de regulaciones diferentes entre las Comunidades Autónomas para el tratamiento de determinadas prácticas comerciales, lo que puede reducir competitividad al sector alimentario español.

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