Los ministros europeos de Transporte reunidos ayer, 29 de octubre, en Consejo, llegaron a un acuerdo político para impulsar los cambios en el Reglamento que regula el uso del tacógrafo, con el fin de impedir la manipulación de estos instrumentos de control y reducir la carga administrativa de las empresas merced a la integración de los nuevos tacógrafos con nuevas tecnologías.
Particularmente, los ministros de Transporte de la Unión Europea quieren que los futuros tacógrafos inteligentes registren vía satélite los movimientos de los vehículos que los lleven. Así mismo, consideran que la conexión remota que incorporarán los equipos de control facilitará la detección de los usos fraudulentos y las manipulaciones.
Los ministros europeos calculan que los nuevos tacógrafos inteligentes serían obligatorios cuarenta meses después de que se aprobaran sus especificaciones técnicas, cosa que podría producirse entre 2017 y 2018. La Comisión, por su parte, opina que estos plazos son demasiado largos y pide, también, que se reconsidere la posibilidad de unir en un único documento la tarjeta necesaria para usar un tacógrafo digital y el permiso de conducir de los conductores profesionales.
Así mismo, y por otro lado, los ministros de Transporte de la Unión también discutieron la posibilidad de definir un régimen homógeneo para las revisiones periódicas de los vehículos en toda la UE, algo que la mayoría de los representantes de los Estados miembros de la Unión consideran oportuno para mejorar la seguridad vial en las carreteras europeas y reducir las emisiones contaminantes de los vehículos.
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