El Departamento de Transporte de los Estados Unidos hizo pública ayer, 20 de septiembre, la Política Federal para los Vehículos Autónomos, una serie de directrices centradas en trazar una serie de líneas legales para la introducción de los vehículos autónomos en las carreteras del país de manera segura, toda vez que no existe una norma que regule el funcionamiento de estos vehículos.
Con este documento, las autoridades estadounidenses quieren evitar ir a remolque del progreso tecnológico y proponen un marco regulatorio transparente que tenga en cuenta a los fabricantes y usuarios de este tipo de automóviles que, según estiman, "tienen un enorme potencial para mejorar la seguridad y la movilidad de los americanos en las carreteras".
La Política Federal para los Vehículos Autónomos está dividida en cuatro partes. La primera es una guía técnica para vehículos autónomos dirigida a fabricantes y desarrolladores. Incluye quince puntos de evaluación de seguridad a seguir para un diseño, desarrollo, prueba e introdución seguros de vehículos autónomos entre los que se incluyen aspectos tales como la grabación de datos y su distribución, la privacidad, la seguridad de los sistemas de conducción, la comunicación entre el conductor y su vehículo, la resistencia a los impactos, la certificación y matriculación de vehículos, su conducta tras cualquier accidente de tráfico, la detección de objetos y de circunstancias de tráfico así como su respuesta y los métodos de validación de las tecnologías.
La segunda se centra en delimitar las responsabilidades que tienen las autoridades federales y estatales en la regulación de los vehículos autónomos, con el fin de crear un marco nacional para el desarrollo e introducción de esta tecnología. La tercera parte se ocupa de definir que normas de tráfico de la National Highway Traffic Safety Administration actualmente en vigor pueden aplicarse para un desarrollo seguro de la conducción autónoma. Por último, la cuarta parte de esta Política Federal avanza el desarrollo de nuevas normas que deberán facilitar la introducción de nuevas tecnologías.
A partir de ahora, el Departamento de Transporte de los Estados Unidos somete este documento al escrutinio público, con el fin de que durante un plazo de sesenta días puedan presentarse alegaciones. Así mismo, las autoridades norteamericanas actualizarán esta Política anualmente para adaptarla al progreso técnico y a las sugerencias de los ciudadanos.
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