lunes, 1 de febrero de 2010

Estructura del almacén de residuos nucleares que quiere construir el Gobierno

El Gobierno ha abierto un proceso para seleccionar un emplazamiento adecuado para un Almacén Temporal Centralizado en el que almacenar los residuos generados por las centrales nucleares españolas. Entre diez y doce municipios de zonas diversas, según las distintas fuentes, han presentado su candidatura, lo que desatado una extraordinaria polvareda política con incoherencias y luchas intestinas entre los partidos políticos.

En estas instalaciones de nueva creación también se encontrará un centro tecnológico que albergará a las empresas que den servicio en el centro e investiguen las especiales condiciones de los residuos, así como nuevas maneras más duraderas de almacenar este tipo de residuos.

El Estado busca una superficie de 25 hectáreas, trece de las cuales se destinarán para el almacén y las otras doce para el centro tecnológico anexo. Estos terrenos deberían estar, preferiblemente, cerca de otras instalaciones nucleares, alejados de cualquier zona medioambientalmente protegida, así como con buenas conexiones viarias y un acceso ferroviario.

El almacén previsto medirá 280 metros de largo por 80 de ancho y 25 de alto, dividido en cinco zonas, incluyendo la recepción, el tratamiento y zonas de servicios. El edificio quedará totalmente aislado de su entorno. Las paredes que lo conforman irán construidas en hormigón y tendrán más de metro y medio de grosor. En su diseño se tendrán en cuenta posibilidades remotas de accidentes, como seismos o impactos de aeronaves.

Las cápsulas para el almacenamiento de residuos estarían construidas en acero y serían introducidas en distintos compartimentos de hormigón que componen el almacén propiamente dicho, hasta una capacidad máxima de 7.000 toneladas. Se estima que las instalaciones albergarían tres edificios para el almacenaje de los residuos nucleares.

Allí llegarían por carretera o ferrocarril, en contenedores especiales reutilizables cubiertos de varios blindajes de acero y plomo para evitar fugas.

El Estado prevé una inversión de 700 millones de euros para construir el ATC. Las instalaciones estarán totalmente construidas en quince años, durante tres fases, y operarán por un período de sesenta años. El ATC generará entre 150 y 300 puestos de trabajo. En cinco años podría empezar a operar.

La Empresa Nacional de Residuos Radioactivos tiene previsto repartir seis millones de euros al año para el municipio que lo acoja y los ubicados en doce kilómetros a la redonda. El 40 por ciento de esos seis millones iría para el municipio sede del ATC y el 60 por ciento restante para los pueblos de alrededor. El mantenimiento del ATC supondría un gasto adicional de ocho millones anuales, incluyendo los salarios de los trabajadores que ocupe.

Ya existen almacenes similares en Alemania, Países Bajos, Bélgica, Japón, Reino Unido, Suecia y Suiza. La decisión final para el emplazamiento del ATC en algún lugar de España podría llegar a mediados de 2010.

Enlace al dossier elaborado por ENRESA para explicar el funcionamiento, construcción y propósitos del ATC.

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