Con este nuevo esquema de infraestructuras viarias, la Comisión quiere conectar 83 grandes puertos con las redes ferroviarias y de carreteras, unir por ferrocarril los aeropuertos de 37 ciudades europeas, alcanzar los 15.000 kilómetros de ferrocarril de alta velocidad y llevar a cabo 35 proyectos transfronterizos para reducir los cuellos de botella.
Todo el proyecto supondrá, según Kallas, una inversión de entre 200 y 250 millardos de euros y generará un ahorro de más de 300 millardos hacia 2030.
Para España, el dibujo de la nueva red transeruopea trae una red mallada basada en la intermodalidad, la eficiencia económica y la sostenibilidad ambiental, y que comprende cinco grandes corredores: Mediterráneo, Central, Atlántico, Cantábrico-Mediterráneo y Atlántico-Mediterráneo, según informa el Ministerio de Fomento en un comunicado de prensa emitido hoy, 19 de octubre.
El Estado tiene previsto invertir en esta red más de 49.800 millones de euros en el periodo 2014-2020.
Dos de los diez principales corredores transuropeos afectan a España: el del Mediterráneo, que engloba lo que el Gobierno denomina Corredor Mediterráneo y Corredor Central, y el eje Lisboa-Estrasburgo, que en España comprende el denominado Corredor Atlántico, desde la frontera portuguesa hasta Irún.
Para el corredor ferroviario mediterráneo, el Gobierno plantea un trazado que unirá las ciudades de Gerona, Barcelona, Tarragona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Cartagena y Almería, y enlazará a través del eje transversal andaluz para enlazar con Granada y Antequera, donde se bifurca hacia Sevilla y Algeciras.
El corredor atlántico conecta las ciudades de Irún, San Sebastián, Vitoria, Burgos, Palencia, Valladolid y Salamanca, para pasar hacia Portugal.
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